El sábado Santo la Iglesia permanece en vigilia orando.Entrada la noche, ya domingo para la liturgia, y antes del amanecer se celebra la Resurrección del Señor Jesús.Si Cristo no resucitó vana es nuestra fe y vacia nuestra predicación. Pero Cristo Resucitó.El pregón Pascual nos invita a la alegría: que se alegren los cielos, la tierra y la Iglesia, el que estaba muerto ha vuelto a la vida.Con un templo colmado, el sábado por la noche, celebramos el paso de Jesús, de la muerte a la vida.
Bendijimos el fuego, el cirio pascual, el agua nueva. Una celebración hermosa y llena de signos, que nos hizo revivir todas las proezas que Dios obró a lo largo de las generaciones.
El domingo por la mañana tuvimos la otra celebración. Hermosa también. El templo quedó chico.
En la misma hubo dos bautismos. Luego como obsequio pudimos compartir con los niños presentes unos huevos de Pascuas que nos fueron donados.
Agradecemos a los Hermanos Alejandro y Luis María, del Instituto Hijos de San José, que nos acompañaron en la liturgia y en la visita a los hogares.
A todos los que colaboraron en estos dias con los distintos servicios.
Deseamos que estos días hayan sido de renovación en la vida espiritual y muchas bendiciones para todos.